lunes, 5 de octubre de 2015

Los básicos de la exposición manual


¡Por fin empieza la nueva temporada en Dear Julia! Ya te adelanté el sábado en este post que habría nuevas frecuencias de publicación y también nuevas secciones fotográficas. Hoy inauguro ésta, en la que hablaré de los aspectos más técnicos de la fotografía, con un post sobre la exposición manual, para que seas tú quien controla la imagen en cada momento y no el modo automático de tu cámara. Exponer manualmente es una de las cosas que más diferencia a un fotógrafo con experiencia de alguien que todavía está empezando, y es uno de los conocimientos fotográficos más importantes que puedes tener. ¡Dale una oportunidad!


(Gracias a la encuesta sé que, aunque muchos de los que me leéis sois fotógrafos profesionales o tenéis mucha experiencia, también hay bastantes lectores que quieren sumergirse más en el mundo de la fotografía. Quiero intentar escribir posts de todos los niveles, pero empezar por el principio me ha parecido lo más básico y oportuno.).

Para cualquier fotógrafo, saber controlar la exposición de manera manual (huyendo del modo P como de la peste) es básico para poder conseguir en sus fotografías los resultados que desea. Es cómodo colocar la cámara en modo automático y despreocuparse, pero ser fotógrafo no es sólo saber ''ver'' una fotografía (que también), sino saber manejar la cámara, que al fin y al cabo no es más que una máquina, para que te devuelva los resultados que tienes en mente. Por eso es fundamental saber exponer correctamente de manera manual, en lugar de dejar que la cámara haga todo el trabajo. Y, además, así cuando alguien nos diga ''qué buena cámara, ¡así haces las fotos que haces!'' podemos tendérsela y dejar que se las apañe con el diafragma, la velocidad de obturación y la ISO él solito. 

Antes de empezar, quiero que sepas que exponer manualmente de manera correcta lleva su tiempo. Primero tienes que comprender las herramientas básicas (diafragma, obturación e ISO) y su funcionamiento, que es lo que te voy a explicar hoy, pero después tienes que poner todo ese conocimiento a trabajar. 
Las primeras cien fotos que expongas manualmente no te van a salir bien a la primera, a lo mejor ni siquiera a la segunda. ¡Yo pasé un verano entero cuando tenía catorce años fotografiando el mismo peluche en diferentes condiciones de luz para convertirlo en una segunda naturaleza! Pero, cuando lleves varias fotos y empieces a desesperarte, te darás cuenta de que las fotos ya te van saliendo mejor, que se diferencian los contornos de las figuras, que no hay zonas tan blancas que han perdido el detalle... ¡No pierdas la esperanza!


LA CÁMARA FUNCIONA COMO UN OJO


No sé cómo de familiarizado estás con el funcionamiento del ojo humano, pero se parece muchísimo al de una cámara: hay un agujero (la pupila) por el que pasa la luz y, según el tamaño que tenga ese agujero, entra más luz o menos. También es importante el tiempo que ese agujero permanece abierto: si se cierra rápido, entra poca luz, mientras que si permanece abierto más tiempo, la cantidad de luz que entra es mayor. El tamaño del agujero y el tiempo que permanece abierto también dependen de la sensibilidad de tu ojo: por ejemplo yo, que tengo los ojos claros y por tanto más sensibles al Sol que los ojos oscuros, casi siempre necesito llevar gafas de Sol cuando hay luz directa, mientras que las personas de ojos oscuros no necesitan usarlas hasta que el nivel de luz es bastante más alto.

La cámara funciona de la misma manera: hay un agujero (el diafragma) que se abre y se cierra para permitir el paso de la luz. El tiempo que ese agujero está abierto es la velocidad de obturación, y la sensibilidad a la luz es el ISO.

EL DIAFRAGMA


El diafragma es el equivalente a la pupila en la cámara: el agujero que se abre y se cierra para dejar pasar la luz. Como es lógico, si el agujero es grande entrará más luz que si el agujero es pequeño. La apertura del diafragma se denota escribiendo una f delante del número, es decir, f5.6 significa una apertura del diafragma de 5.6

Cuanto más pequeño sea el número, más grande será el agujero. Así, f1.4, por ejemplo, significa que el diafragma está abierto casi del todo (según la apertura máxima de diafragma que tenga el objetivo) y que entra mucha luz, mientras que f22 significa que el diafragma está casi cerrado y que entra poca luz.

De la apertura de diafragma depende también la profundidad de campo, que es la responsable del bokeh que tanto nos gusta, y sobre la que puedes aprender más en este post.

LA VELOCIDAD DE OBTURACIÓN


La velocidad de obturación es el tiempo que el diafragma permanece abierto. Se llama así por el obturador, que es el dispositivo que lo controla. Se mide en fracciones de segundo, con lo que siempre se denota así: 1/200, 1/900... 1 sería un segundo completo, que es un tiempo de exposición muy muy largo que sólo puede utilizarse con trípode.

De esta manera, cuando mayor sea el denominador de la fracción (es decir, el número que no es el 1), más rápida será la velocidad (porque el tiempo que mantiene abierto el diafragma será menor). Por ejemplo, 1/1000 es más rápido que 1/100, por tanto con 1/1000 entrará menos luz por el diafragma que con 1/100, pues está abierto menos tiempo.

De la velocidad de obturación depende también algunos efectos especiales como el efecto seda del agua, la congelación de la imagen o el pintar con luz, pero también voy a dejarlo para otro post para no complicarte más. 

EL ISO


El ISO, continuando con nuestra analogía del ojo, equivaldría a lo sensible que es nuestro iris frente a la luz. De la sensibilidad ISO dependen el ruido y la claridad de la imagen, que están muy relacionados.

Cuanto más sensibilidad a la luz tiene la cámara, menos tiempo necesita estar recibiendo luz para fijar la imagen. Cuando el número ISO es muy bajo (entre 100 y 320, más o menos), tiene que haber mucha luz en el exterior para que la exposición funcione. Sin embargo, cuando el número ISO es alto, aunque haya poca luz en el ambiente que fotografiamos (un interior, por ejemplo) la imagen saldrá luminosa, porque habremos aumentado la sensibilidad a la luz de la cámara.

Esto, sin embargo, tiene una parte negativa, y es que cuanto más subamos el ISO (más grande sea el número), más grano tendrá nuestra imagen. Esto ya depende de tus gustos y de tu estilo como fotógrafo: a mí personalmente el grano no me desagrada, me parece que da un aspecto cálido u un poco ''antiguo'' a las imágenes, como si fueran analógicas. Si no te gusta el grano en tus imágenes, no fotografíes cuando está muy oscuro o utiliza flash para aportar luz a la imagen.

NO EXISTE UNA ÚNICA EXPOSICIÓN CORRECTA

Jugando con estos tres parámetros (apertura de diafragma, velocidad de obturación y sensibilidad ISO) puedes ajustar la exposición para que la fotografía no salga ni muy clara (sobreexpuesta) ni muy oscura (subexpuesta). Pero no hay una única exposición correcta para cada situación, sino que, según el resultado que quieras conseguir, puedes variar un parámetro u otro.

Imagina, por ejemplo, un día muy soleado en el campo. Hay muchísima luz, así que tenemos que tener cuidado para no sobreexponer la fotografía. Si abrimos mucho el diafragma (f2.8), la velocidad de obturación tendrá que ser muy rápida (1/1600) para compensarlo y no quemar la fotografía, mientras que si el diafragma está más cerrado (f11) la velocidad podrá ser más lenta (1/320) sin sobreexponer la imagen. Además, tenemos también muchas opciones en medio, como un diafragma medio abierto (f5.6) y una velocidad media (1/800). En los tres ejemplos he dejado el ISO a 100, porque habiendo tantísima luz no queremos aumentar la sensibilidad.

-f/2.8 1/1600 ISO 100
-f/5.6 1/800 ISO 100 
-f/11 1/320 ISO 100

De la misma manera, si estuviéramos fotografiando dentro de una habitación en un día nublado sin mucha luz, también podríamos tener varias exposiciones correctas. Si abriésemos mucho el diafragma como en el primer ejemplo, podríamos permitirnos una velocidad de obturación más rápida que en el segundo ejemplo, donde el diafragma está más cerrado. Además, como no podemos bajar la velocidad por debajo de 1/100 a menos que utilicemos trípode o tengamos muy buen pulso (no es mi caso!), en el segundo caso también hemos tenido que subir un poco el ISO para conseguir más claridad.

-f/1.8 1/400 ISO 640
-f/4.5 1/100 ISO 800

Los diferentes ejemplos que me he inventado para la misma situación podrían funcionar perfectamente. La decisión de escoger uno u otro debería estar motivada por los resultados que queramos alcanzar, como un fondo más desenfocado o la congelación de la imagen de alguien saltando. Estos efectos, que se derivan de la apertura de diafragma y de la velocidad de obturación, te los explicaré en futuros posts, que por hoy ya hemos tenido bastante.

Por el momento, coge tu cámara y un objeto que fotografiar y muévete por distintas situaciones de luz, experimenta con interiores y exteriores, luz directa y sombras... ¡La práctica hace al maestro! Para que puedas recordar bien todos los factores que intervienen en la exposición manual, te he preparado una guía PDF gratuita que puedes descargar, imprimir y llevar contigo en la funda de tu cámara mientras practicas, hasta que te lo aprendas de memoria y no necesites recordatorios para exponer correctamente.

A cambio de la guía, sólo voy a pedirte tu email :) He creado una Biblioteca de Recursos dentro de mi página web, que iré actualizando conforme vaya desarrollando más descargas gratuitas. En el email de bienvenida que recibirás una vez hayas confirmado tu suscripción encontrarás el link a la Biblioteca y la contraseña que necesitas para acceder.


¡Mucha suerte y a practicar! 

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