¡Lo sé! El blog lleva casi un mes muerto en vida, desde que Mireia nos visitó para hablarnos de su visión personal de la fotografía no ha habido más posts por aquí. Tengo una buena excusa, y es que he estado hasta arriba entre unos proyectos y otros, y eso, sumado a mi propósito de leer más y reservar más tiempo para mí, ha tenido como consecuencia el abandono -temporal- de Dear Julia. Pero todo eso ha acabado y, a partir de ahora, los posts van a ser más frecuentes -aunque quizá no tanto como antes-.
Hoy viene a Dear Julia a hablarnos de su fotografía culinaria Sandra Casado, una fotógrafa a quien conocí virtualmente hace unos meses tras quedar impresionada con su trabajo, y que ha pasado a convertirse en una imprescindible de mis redes sociales y casi en una amiga virtual con la que charlar y compartir aficiones (como su coneja y mis gatitos). Sandra no se dedica sólo a la fotografía culinaria, sino que ha fotografiado a artistas de la talla de Ruth Lorenzo y María Villalón, y su trabajo ha sido publicado en revistas de renombre. Pero a mí, que soy fan total de la fotografía culinaria y que la considero una de mis asignaturas pendientes, me apetecía que nos contase lo que sabe sobre el tema, y que nos diese consejos que pudieran ayudarnos a empezar con ella dando pasos más seguros. ¡Y aquí la tenéis!
Antes
de nada, agradecer a Julia por haber pensado en mí para daros a
conocer la fotografía gastronómica desde mi punto de vista y mi
experiencia. Soy Sandra Casado, madrileña y autodidacta. Con apenas
17 años sentí lo que era mirar tras un objetivo descubriendo mi
pasión por la fotografía. Paralelamente buscaba desarrollar mi
afición por el mundo gastronómico y uniendo esta afición con mi
pasión, hallé el universo de la fotografía gastronómica.
Hoy
en día, en redes sociales como Instagram, se aprecia una tendencia
que muestra la vida alrededor de la comida. La gente comparte sus
desayunos y almuerzos o las celebraciones que hacen alrededor de la
comida.
Pero
yo buscaba dar un paso más, haciendo llegar a la gente las
sensaciones y emociones que vivo con el mundo culinario. Buscaba
hacer llegar a la gente los olores y sabores, que se les abriese el
apetito, e incluso que puedan apreciar la textura de los diferentes
alimentos como si tuviesen realmente el plato delante.
Mis
primeros pasos en este mundo tan apetitoso los llevé a cabo con los
utensilios que cualquiera puede encontrar en su casa, desde la
vajilla que utilizamos a diario hasta esa cafetera antigua que nunca
hemos usado. El
Sabor de una Imagen
se convirtió en el ingrediente esencial de mi aprendizaje. En este
libro, Nicole S. Young
nos enseña cómo crear una atractiva presentación visual de los
platos; como ella dice: "Se
trata que cuando alguien vea una fotografía de un plato nuestro, se
le haga la boca agua". Con
este libro he aprendido trucos y técnicas con las que potenciar las
sensaciones y hacer de un plato todo un festín de colores y
texturas.
Mi
tenacidad por mejorar me llevó a seguir el trabajo de fotógrafos
como Araceli Paz
(@aracelipaz) y su gusto minimalista, Ditte
Lykke Ingemann Thuesen
(@ditsen) y su estilo fresco y realista o Alexa
Fernando (@ajfernando)
con su fotografía sencilla y urbanita. Con Aiala
Hernando (icono de la
fotografía culinaria) descubrí la creatividad sofisticada de este
estilo y asistí a uno de los cursos impartidos por ella, donde
aprendí las bases del “Food Styling”, el sentido de la vista en
la gastronomía o la importancia de un “prop” (utensilios,
atrezzo) en la fotografía, entre otros muchos conocimientos.
Por
último, para aquellos que os iniciéis en este estilo fotográfico
debéis tener en cuenta que es igual de importante conocer cada uno
de los ingredientes como el proceso de elaboración del plato, la
disposición de éste y la estética visual, tanto de los alimentos
como de los “props”.
Es
indispensable disfrutar preparando el plato y jugar con los
diferentes alimentos y sus texturas para transmitir las sensaciones
que se viven en el mundo culinario.
Teniendo
en cuenta estos pequeños apuntes solo os queda armaros con una
cámara, un trípode y buscar un buen ambiente, una buena luz natural
y dar rienda suelta a vuestra creatividad. Cualquier detalle, por
pequeño sea, puede hacer de una foto el mejor de los platos.
Y
un consejo personal: aunque digan lo contrario, “con la comida se
juega”.
Si queréis descubrir a Sandra y conocerla mejor, podéis admirar su trabajo en su página web, seguir su vida diaria en Instagram, leer sus pensamientos y comentarios en Twitter, y estar al día de su trabajo en su página de Facebook.
Maravillosas las fotografías y mejor aun la información, voy a ver si visito la web porque es un tipo de fotografía que aun me falta bastante para conseguir dominar, muy útil
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